top of page

Feliz Cumpleaños, Fatal Cumpleaños.

Sonia Chocron

Octubre 2017

 

     Ya no hay fronteras, me digo. No hay etiquetas en la literatura. Las fronteras entre cuento, novela, drama, crónica, van desapareciendo o a quizás han desaparecido por completo y yo, que vivo en Venezuela, a lo mejor no me he dado cuenta.

    Pero Lo compruebo fehacientemente cuando leo este relato/ novela/ o pieza teatral de Inés Muñoz Aguirre, “Feliz Cumpleaños”. La leo y la releo y me siento a medio camino entre la novela “Misery”, de Stephen King, “La ratonera”, el play de Agatha Christie o en la película de Buñuel, “El Discreto encanto de la burguesía”, en la que un grupo de personas están atrapadas en un espacio exterior pero también en el espacio íntimo.

     Porque en efecto, este texto de Inés puede encajar en cualquiera de las tres definiciones, en cualquiera de esos tres lenguajes narrativos. A lo mejor la protagonista de feliz Cumpleaños podría parecerse a la Annie Wilkes de King, esa fan número uno que secuestra a un autor accidentado y lo tortura porque no está de acuerdo con la muerte que el escritor ha decidido darle a su personaje favorito.

     Aunque Feliz Cumpleaños puede ser también una pieza teatral donde todo ocurre detrás de la cuarta pared, como en la Ratonera. O como en la Ventana indiscreta de Hitchcock.

    Y aunque no revelaré la trama aquí, les adelanto un abreboca: Inés ha bordado a una mujer llamada Vera que asusta tanto o más que la Kathy Bates de Stephen King.

     Feliz Cumpleaños es una historia que se va desvelando a sí misma poco a poco, a través de sus personajes llevados al límite. Un relato que se va descubriendo como quien descorre una secuencia de velos, uno tras otro para llegar al meollo. Y pillamos paulatinamente quiénes son esos seres encadenados, por qué están allí, y qué los ata a sus pares y a ellos mismos, a sus propias miserias.

     Leemos y nos quedamos al borde de un precipicio deseando conocer el final; enganchados en el miedo a la fatalidad que se vislumbra invariable, como en todo buen cuento de suspenso y horror y muerte.

      Pero si queremos ir aún más allá de la anécdota que narra, Feliz cumpleaños es justamente lo contrario a su nombre: es una celebración letal; es un poco el espejo de lo que venimos siendo: una pequeña aldea irracional, muy violenta, peor aún, gratuitamente violenta, y ávida de venganzas inútiles.

   Un círculo casi cerrado donde cada quien se mueve por distintas y personalísimas pasiones, prejuicios, mentiras; incluso motivados por falacias. Y donde además, los sentimientos, como en cualquier psicopatía clásica, han desaparecido casi por completo.  Cualquier ternura, cualquier asomo de compasión puede convertirlo a uno mismo en víctima después de haber sido victimario.

    No es poca cosa. No es poco este eco de los tiempos que corren en la Venezuela que nos ha tocado.

Esto es ficción. Es cierto. Pero también es reflejo, tragedia, pesadilla.

    Y por fortuna tendrá un final justo.           

PALABRAS DE INES MUÑOZ AGUIRRE

LIBRERÍA EL BUSCÓN. TRASNOCHO CULTURAL

31 DE OCTUBRE DE 2017.

 

     La autora se despierta. Salta. Las palabras la sacan en volandas de la cama. Ocurre con frecuencia. Necesitan orden. Afuera está todo oscuro. En medio del silencio que arropa la madrugada se escucha a lo lejos la voz de los vigilantes quienes hablan sin parar en la garita.  La autora enciende la luz de su estudio, levanta la tapa de la computadora. Escribe. Se debate en la lucha que le genera la eterna pelea, entre la velocidad de la mente y la lentitud de los dedos sobre el teclado.  Algo suena tras su espalda, allí está la detective Carolina Larotta, mal encarada.  La autora se sorprende, le pregunta que por qué da vueltas por la casa tan temprano.  La detective sonríe antes de soltar ¿y eres tú quien me lo pregunta?

    La autora no la entiende.  Espera impaciente la explicación del personaje. La mujer reclama el uso de su nombre en la novela, sin que se le haya dado el protagonismo necesario. Ambas se miran. La autora le explica que quiso hacer de esta historia una novela corta. Intenta profundizar su explicación en el momento en que la vecina prende la radio, sucede todos los días, la voz de Rondón estalla como un trueno que se cuela por las ventanas. Carolina se sobresalta, la autora también. Al fondo escuchan las noticias, las primeras horas de la mañana transcurren igual que todos los días, como en una novela negra, acusados y acusadores, con tal enredo a cuestas que ya no se sabe quien es quien.

     Ya no se sabe si todos son buenos o todos son malos, apunta a su llegada el detective Wilfrido Pérez quien entra justo para el café, aunque la autora lo que toma es té.  Carolina descubre el momento perfecto para echarle en cara a Wilfrido su participación en las nuevas páginas.  El hombre no contesta a los reclamos de su jefa. Es un detective menor y encima gago.    

     La autora revisa la nevera, piensa en el desayuno, no quiere comprometerse con los personajes que discuten entre sí. Gracias a Dios –piensa- que no tengo que darles que comer, porque el precio del queso subió mucho.  Bueno, y el del pan si es que se consigue, la mantequilla, la tocineta y los huevos. Desayuna en silencio, los ve de reojo. Wilfrido está bien vestido sin embargo tiene pinta de policía - piensa -yo no sé por que eso es inevitable en los policías. En Carolita Larotta no hay ningún indicio que la delate, aunque ella es la jefe del CIC, por no decir CICPC, conserva su glamur de abogada de buena familia.

     La autora se  pregunta en qué momento le ocurrió esto, de la llegada de estos personajes.  Suena el teléfono, entra un WS, después otro y otro más. Llegó la señal, celebra.  Ahora hay que aprovechar cuando llega el internet. Lee: Feliz Cumpleaños. Otro mensaje: felicidades. Otro: No sabía que cumplías año en octubre, siempre creí que eras de cáncer no de escorpio. Otro: solsticio de invierno.  Que cosa esta de los nombres de las novelas y los enredos que pueden armar.  

     Aquí se trata del cumpleaños de Nell.  ¿Que no lo conocen? La verdad que yo tampoco, hay tanta gente que no conocemos y que celebramos, que al hacerlo por uno más, casi no importa. Nell como todo el que cumple años merece su celebración. No por Facebook, twitter, sms o Ws, no,  la real, la que aprendimos los que no somos millenians.  La que se habla, se abraza, se mira, se entrega un regalo, aunque cada día que pasa los regalos comienzan a ser parte de la historia.

     En fin, la autora dispuesta a agasajar a Nell llega Al Buscón y se tropieza con Roy al entrar.  El joven le dice que tiene el arma en el bolsillo y que le exige un strep tease, ya. La autora se asusta. No es para semejante espectáculo que convocó a sus amigos.  Roy se la quiere dar de gracioso y le recuerda que cada texto que entregas para que otro lo lea es lo mismo que desnudarse. 

El hombre se ríe asume rol de conquistador con la llegada de Katina.  Ella lo ignora, no quiere un personaje más en su vida, ya es suficiente con los que están en los estantes.  La salva la campana. Comienza la presentación. Hablan Marcos y Sonia, la autora les agradece. Siempre agradecida, como agradece a Mariam, sus lecturas una y otra vez. Entonces,  descubre a   Vera sentada entre el público. Vera es una mujer peligrosa y enigmática. Una sicópata más como tantos en nuestras calles.  Así que les recomiendo cuidado. Cuidado y disfrute, en esta nueva novela corta, en la que se reúnen todos: Carolina, Wilfrido, Vera, Roy y Nell, el que cumple años. Hasta Zeuz el negro perro guardián a quien está dedicado este libro.

     La autora se siente bendecida con esa maravillosa posibilidad de jugar con la realidad y la ficción. Ah, y como siempre he dicho que el que habla de sí mismo en tercera persona o en plural,  está a punto de escapar de la realidad o le cuesta reconocerse a sí mismo, así que por si a las moscas y más tratándose de noche de brujas,  les recuerdo y les aseguro que la autora soy yo.

bottom of page